Michel Laprise : «El público sabe cuándo vamos más allá de nuestros límites, eso es el circo, y eso es 'Kurios'»

'Kurios: Gabinete de curiosidades' , el espectáculo de Cirque du Soleil creado y dirigido por Michel Laprise, llegará a Sevilla del 17 de enero al 1 de marzo de 2026. Bajo la gran carpa del Charco de la Pava 'Kurios' invitará al público a reencontrarse con algo muy básico y profundamente humano: la curiosidad y el asombro. El espectáculo nace del deseo de Laprise de volver a lo esencial del circo -la destreza, la imaginación y la emoción- y toma forma en un momento especialmente exigente para la compañía. En ese contexto, 'Kurios' se concibe como un gesto de confianza en el trabajo colectivo de la compañía, y como una experiencia pensada para que cada persona, durante unas horas, se permita creer que incluso las cosas difíciles pueden lograrse . «Cuando empezamos a trabajar en el proyecto hicimos una lista en papel, como hacemos siempre. Revisamos qué cosas eran artísticas y creativamente importantes, y cuáles hacíamos solo por costumbre o comodidad», explica Laprise. Lo superfluo se eliminó enseguida, y ese presupuesto se destinó a ideas más arriesgadas, más humanas y visibles en escena. La apuesta fue clara: recuperar «una mentalidad de startup, como en los inicios del circo». De ahí nacen elementos icónicos del espectáculo, como la gran mano o el 'popov', una estructura móvil que contiene colchón, aparato acrobático y luz, y que «un personaje puede mover solo con fuerza humana». Entre las grandes diferencias de 'Kurios' con respecto a otros montajes del Cirque du Soleil, está el propio diseño del espacio. «El escenario está un poco más bajo. Es un detalle pequeño, pero cambia todo, porque los ojos de los artistas quedan al nivel del público », señala. Esa cercanía transforma la experiencia: la función se vuelve íntima, más directa. También destacan sus personajes: no llegan como criaturas fantásticas, sino como viajeros a una estación, con maletas y abrigos. «Son personas reales, con las que el público puede identificarse ». Ese realismo es clave para que el espectáculo conecte emocionalmente y el mensaje cale. Dado el contexto en el que surgió, « un año difícil para la compañía , con despidos y tristeza en Montreal», «yo quería devolver la sonrisa al equipo y al público ». Por eso, pidió al equipo creativo que el público saliera del espectáculo pensando «que todo es posible». En escena, lo imposible se vuelve alcanzable gracias al trabajo, la pasión y la creatividad. «El público sabe cuándo nos superamos y vamos más allá de nuestros límites. Para mí, eso es el circo, y eso es Kurios. Aquí pasamos de una colección de miedos y problemas individuales a una emoción colectiva compartida de alegría». Ese momento compartido es el corazón de la función, y explica por qué el circo puede ser tan poderoso. Las reacciones del público confirman esa percepción. El director recuerda especialmente las palabras de una de las familias asistentes en Chicago: dos mujeres llevaron a su padre que sufría demencia a ver 'Kurios'. «Durante la primera parte, algo hizo clic. En el intermedio, hablaba con ellas, y durante la segunda parte, estuvo completamente presente». Aquel estado de lucidez duró horas después. «Nos escribieron para decirnos que habían recuperado a su padre gracias a Kurios . Parece imposible, pero es algo biológicamente poderoso ». Para él, esta no es una anécdota aislada, y como ella, tienen infinitas. «Este espectáculo recarga baterías humanas» , y bajo la carpa, nunca se sabe quién se sienta en la grada: alguien cansado, enfermo o emocionalmente desconectado. Por eso, Laprise insiste a los artistas en la importancia de la generosidad: «Si están presentes en cuerpo, corazón y alma, pueden curar» . Michel ha dejado su huella personal en 'Kurios'. Su formación teatral se traduce en una obsesión por la profundidad de los personajes y por la materialidad de los objetos. «Me gusta incluir objetos que sean reales, no abstractos, y para el público es algo atractivo, porque son algo lúdico, como juguetes». De ahí que no es casualidad que 'Kurios' sea «el espectáculo con más objetos en la historia de Cirque du Soleil» . El cuidado por el detalle llega hasta lo que no se ve, y en escena hay «circo invisible»: artistas que no muestran su rostro, pero cuyos nombres aparecen en el programa. Los elementos de escenografía también tienen identidad. «La mano se llama Angará», explica Laprise, «como un río ruso que viaja para encontrarse con el lago de su amor». «Nombrar es dar alma: si le das un nombre a un elemento, deja de ser un objeto para convertirse en un compañero acrobático ». Además del atrezo, otra de las patas que sustenta la función es la comunidad. Unos 50 artistas y alrededor de 120 personas forman lo que Laprise define como «un pequeño pueblo itinerante». Comen juntos, comparten una cafetería propia y se cuidan mutuamente, conscientes de la exigencia física y emocional del trabajo. «No hacemos solo entretenimiento, hacemos arte que entretiene» , afirma, a pesar de que gran parte de ese trabajo, «el 75%», «no se ve». Aunque 'Kurios' estaba lista desde su estreno, Laprise fue ajustando detalles noche tras noche según las impresiones del público. «Cada ciudad tiene una energía distinta, aunque el espectáculo sea el mismo. Es un espectáculo instintivo, no cerebral. Da permiso al público para sentir, para reír, para emocionarse y relajarse ». Para el canadiense, 'Kurios' también ha supuesto un proceso de crecimiento personal y profesional como director. «He aprendido a escuchar más a los artistas y a observar antes de pedir», explica. Sobre todo, de cara a conocer sus raíces, su historia y pasiones, algo esencial a la hora de crear números que realmente les pertenzcan. «Mi trabajo no es brillar yo, es hacer que brillen los artistas. Si son felices, el público lo siente, y eso lo cambia todo» . Cuando 'Kurios' abra sus puertas en Sevilla, invitará a la ciudad a sentarse, mirar con calma y dejarse sorprender . Durante un par de horas, el público podrá desconectar de lo cotidiano y permitir que la imaginación y la emoción tomen el relevo, recordando que, a veces, incluso lo que parece imposible puede hacerse realidad.