Como una caja de chocolates

Esta semana se cerró la nómina de los postulantes a la Presidencia de la República que competirán en los comicios del próximo año. Como consecuencia de alguna tacha, tal o cual nombre podría ser retirado más adelante de la lista, pero ninguno agregado. Hablamos, pues, de un universo de ofertas electorales vasto – porque, con todo, es difícil que acabemos con menos de 35 candidatos -, pero al mismo tiempo acotado. Un dilatado estuche desde el que los aspirantes a ceñirse la banda embrujada nos dispensarán mohines y guiños coquetos hasta el día en que debamos acudir a las urnas. Esa circunstancia trae a la memoria una imagen y una máxima sugeridas originalmente en la película “Forrest Gump”, que Tom Hanks protagonizó allá por 1994. En ella, el personaje principal, un norteamericano de mediana edad con leves problemas de retraso mental, le comenta a una extraña que su madre siempre decía que la vida es como una caja de chocolates. “Nunca sabes lo que te va a tocar”, añade. Y la verdad es que las semejanzas de lo expresado en esa sentencia con la situación que enfrentamos los peruanos al inicio de cada campaña electoral son pasmosas.