El plato más inesperado de este bar de Córdoba cuesta menos de 7 euros y todo el mundo lo pide

En una ciudad donde la tradición gastronómica se construye a base de platos muy reconocibles, como el salmorejo o el flamenquín cordobés, hay recetas que sorprenden en carta. Es el caso de los cogollos al ajillo del Restaurante Rafalete , un plato humilde que ha logrado hacerse un hueco propio entre los habituales del local y quienes lo descubren por primera vez. Sin mucha parafernalia ni presentaciones forzadas, esta propuesta demuestra que, cuando el producto está bueno, no hace falta nada más. Ubicado en la calle Periodista José Luis de Córdoba , Rafalete se ha consolidado como uno de esos bares donde la cocina tradicional se sirve sin complejos, con precios ajustados y una carta que apela al gusto popular. Y, dentro de ella, estos cogollos se han convertido en una de las opciones más repetidas. La receta parte de una base tan sencilla como efectiva: c ogollos frescos, ajo laminado y aceite bien caliente , con el punto justo para que la verdura mantenga textura y el ajo perfume sin amargar. El resultado es un plato que sorprende por su intensidad aromática y por cómo transforma un producto habitualmente asociado a ensaladas frías en un bocado caliente, reconfortante y muy sabroso. El secreto está en el equilibrio. El ajo presente pero elegante, el aceite impregnando cada hoja y el punto de cocción preciso para que el cogollo conserve frescor y carácter. Un plato que entra fácil, que invita a mojar pan y que suele desaparecer de la mesa más rápido de lo esperado. Uno de los grandes atractivos de estos cogollos al ajillo es, sin duda, su precio. En tiempos donde muchas cartas se han encarecido, Rafalete mantiene una política clara: media ración a 3,75 euros y una ración completa a 6,75 euros Un coste que permite pedirlos casi «sin pensar», ya sea como entrante para compartir o como acompañamiento de otros platos de la carta. La media ración es perfecta para abrir boca; la ración completa, para quienes ya saben a lo que vienen. El Restaurante Rafalete basa su propuesta en una cocina directa, de esas que no necesitan explicación. Tapas y raciones pensadas para compartir, producto reconocible y un recetario que conecta con el gusto de siempre. Aquí se viene a comer bien, sin prisas y sin sorpresas innecesarias. La carta combina platos tradicionales, guisos y opciones de barra que funcionan tanto para una comida informal como para una quedada entre amigos. En ese contexto, los cogollos al ajillo encajan a la perfección: un plato que no pretende ser protagonista, pero que acaba siéndolo. En la ciudad andaluza con más estrellas Michelin, propuestas como esta recuerdan que la buena cocina no siempre necesita etiquetas ni grandes discursos. A veces basta con un producto bien tratado, una receta clara y un precio justo. Los cogollos al ajillo del Restaurante Rafalete son precisamente eso, un plato sencillo, accesible para todos y sorprendentemente adictivo que demuestra que, en Córdoba, los pequeños grandes bocados siguen marcando la diferencia.