La Navidad en Málaga avanza sin perder de vista un ritual que nunca falla: el roscón de Reyes. Un dulce cargado de simbolismo que marca el final de las fiestas y que, año tras año, sigue despertando la misma ilusión alrededor de la mesa. Ya sea en el desayuno del día 6 de enero, en una sobremesa alargada o como excusa perfecta para reunir a grandes y pequeños, el roscón vuelve a ser protagonista absoluto. En los últimos años, el panorama pastelero malagueño ha vivido una pequeña revolución. A los obradores históricos que llevan décadas defendiendo recetas fieles a la tradición se han sumado nuevas panaderías y bakeries que reinterpretan el clásico con masas más ligeras, fermentaciones largas, ingredientes de origen cuidado y rellenos que van mucho más allá de la nata. Crema de turrón, chocolate, cítricos, pistacho, pralinés o propuestas más creativas conviven hoy con los roscones «de toda la vida », ampliando el abanico de opciones sin perder la esencia. Lo que permanece intacto es el ritual: partir el roscón, buscar la sorpresa, esquivar el haba y cerrar la Navidad con un sabor reconocible y festivo. Desde GURMÉ Málaga hemos recorrido pastelerías, obradores y panaderías de la capital y la provincia para seleccionar algunos de los roscones que, por calidad, regularidad o personalidad, merecen estar en esta guía. Clásicos imprescindibles, proyectos jóvenes y ediciones limitadas que solo aparecen unos días al año. Estas son nuestras paradas recomendadas para despedir la Navidad como manda la tradición… o como mejor se disfruta en Málaga. Hablar de roscón de Reyes en Málaga es hablar de Aparicio . Este obrador histórico, con más de seis décadas de trayectoria en pleno centro de la ciudad, sigue siendo uno de los grandes referentes cuando se busca un roscón reconocible, equilibrado y fiel a la receta tradicional. Su propuesta huye de modas: masa esponjosa, bien aromatizada, y rellenos clásicos —nata o sin rellenar— que conectan directamente con la memoria colectiva de varias generaciones de malagueños. Cada Navidad , sus roscones vuelven a ocupar un lugar protagonista en muchas mesas, confirmando que hay tradiciones que no necesitan reinventarse para seguir vigentes. Desde el barrio de Santa Paula, Daza se ha consolidado como uno de los obradores más respetados de la ciudad, también cuando llega el momento del roscón. Aquí el foco está puesto en el proceso: doble fermentación, mantequilla francesa con denominación de origen, nata de alto porcentaje graso y cítricos naturales que aportan frescor y profundidad aromática. El resultado es un roscón elegante, equilibrado y de textura ligera, muy valorado por quienes buscan un punto más técnico sin perder el sabor reconocible del dulce navideño. Suelen trabajar bajo encargo y en cantidades limitadas, lo que refuerza ese carácter casi artesanal que los distingue. Santo Cielo ha convertido el roscón en una pieza de pastelería contemporánea. Su colección navideña propone versiones que cuidan tanto el sabor como el acabado visual, con masas aromáticas bien trabajadas y rellenos pensados para sorprender sin perder coherencia. Desde opciones más clásicas con nata hasta combinaciones como turrón praliné, dulce de leche o frambuesa , sus roscones destacan por el equilibrio entre técnica, delicadeza y una estética muy reconocible. Son roscones pensados también para regalar, con ese punto de fantasía que ha hecho de Santo Cielo una de las bakeries más comentadas de Málaga en los últimos años. Este pequeño obrador de Estepona trabaja el roscón desde una filosofía muy concreta : pocas unidades, ingredientes naturales y reposos largos de masa. Solo elaboran roscones durante los días clave, lo que convierte cada pieza en algo casi excepcional. Entre sus rellenos destacan combinaciones menos frecuentes, como la crema de maracuyá con chocolate blanco y frambuesa, además de opciones más clásicas como chantilly o sin rellenar. Una propuesta ideal para quienes buscan salir del circuito más habitual sin perder calidad ni coherencia. En Carretera de Cádiz, la Panadería y Pastelería Christian es una de esas direcciones que cobran especial protagonismo cuando llegan las fiestas. Cada año amplían su oferta de roscones incorporando nuevos rellenos y formatos, manteniendo siempre versiones tradicionales junto a otras más golosas como dulce de leche o coberturas especiales.