El primer panel aislante de lana de oveja ya se usa en la construcción de Teruel: "Convertimos un residuo ganadero en un material térmico y acústico totalmente innovador"

Se ha presentado en Teruel el primer panel aislante de lana de oveja para la construcción sostenible, una iniciativa que busca dar una segunda vida a un recurso hasta ahora desechado. El proyecto, desarrollado por el químico Fernando Iturbe, ya es una realidad y promete no solo ofrecer una solución constructiva eficiente, sino también impulsar la economía local y ofrecer un precio justo a los ganaderos por su lana. El innovador formato consiste en un panel multiuso con una base de yeso laminado de 6 milímetros sobre la que se aplica un mortero aislante de 24 milímetros. Este mortero contiene un 60% de lana de oveja, tratada mediante una técnica de mineralización denominada vitrificación. El resultado, según explica Iturbe, es un panel con excelentes propiedades cuyo objetivo es "que la lana se ponga en valor y se ponga en marcha". El panel destaca por su manejabilidad. Con unas medidas estándar de un metro de largo por 0,60 de ancho y 3 centímetros de grosor, y un peso de solo tres kilos, su transporte y manipulación resultan sencillos. Esta versatilidad permite su uso en todo tipo de aplicaciones, desde suelos, fachadas y cubiertas hasta reformas interiores. Fernando Iturbe, quien lleva más de 20 años trabajando con materiales aislantes, se ha mostrado sorprendido por las cualidades de la lana. Además de ser un excelente aislante térmico, posee una notable resistencia al agua, lo que lo convierte en un panel totalmente transpirable que evita la aparición de moho. Iturbe afirma que "estamos ante una de las fibras naturales mejores del mundo como aislamiento". La innovadora técnica de vitrificación no solo mejora sus propiedades base, sino que también soluciona dos de los puntos débiles de la lana en construcción. "Hemos eliminado con la técnica de mineralización el riesgo de que tenga insectos en la vida útil cuando esté en las viviendas y también le hemos mejorado mucho la resistencia al fuego", aclara el químico. Estos avances permiten que la lana entre con fuerza en el sector. Este proyecto se erige como un ejemplo de economía circular 100%, al transformar un residuo en una materia prima de alto valor. La iniciativa, apoyada por la Diputación Provincial de Teruel, busca cambiar la percepción de la lana en la región. "Tenemos la oportunidad en Aragón de empezar a pensar en la lana como materia prima, no como residuo", subraya Iturbe. Uno de los pilares del proyecto es el impacto positivo en el territorio, tal como ha defendido el diputado Javier Ciprés. Desde su concepción, se ha buscado "pagar el precio justo a los ganaderos y que genere riqueza en los territorios", según sus promotores. La intención es que en las próximas campañas se pueda pagar en torno a un euro el kilo de lana bruta de buena calidad, incentivando así al sector primario. El proyecto ya cuenta con una memoria económica y un estudio de mercado, y la futura planta piloto tiene una ubicación decidida: Utrillas, en la comarca de las Cuencas Mineras. La corporación local ha mostrado una gran receptividad y ya dispone de naves preparadas para acoger la fábrica, que podría generar entre 40 y 60 puestos de trabajo iniciales, con la previsión de que esté en marcha en julio del próximo año. Para competir con las grandes multinacionales del sector, el proyecto necesita alcanzar una economía de escala. Se estima que la lana de Teruel podría producir unos 300.000 paneles anuales, cifra que ascendería a 600.000 con la lana de todo Aragón. Esta producción no solo abastecería la construcción tradicional, sino que también abriría la puerta a la industrialización de la construcción con muros de gran formato.