El estigma social a menudo define a lugares como el Polígono Sur de Sevilla, popularmente conocido como las 3000 Viviendas. Este barrio, uno de los de renta más baja de España, suele ser noticia por tiroteos, drogas y delincuencia. Sin embargo, en el programa 'Fin de Semana COPE', el párroco Sergio Codera ha ofrecido a Cristina López Schlichting una perspectiva radicalmente distinta. A sus 44 años, este sacerdote salesiano, que ha elegido vivir allí, muestra la realidad de una comunidad resiliente y llena de vida que lucha por superar las dificultades y el relato mediático que la condena. La presencia de los salesianos en el barrio se remonta a más de cuarenta años, cuando tomaron la "opción decisiva y valiente" de establecerse en las 3000 Viviendas. Hoy, esa iniciativa ha florecido en un complejo que incluye la parroquia de Jesús Obrero, un centro juvenil y el centro social Don Bosco. Sergio Codera, como director de la comunidad, describe la parroquia como "la Plaza del Pueblo", un lugar de acogida donde "lo central es el patio", un punto de encuentro para todos. En este espacio vibrante conviven "gente de África, de Hispanoamérica, gitanos del barrio, muchos trianeros", creando un mosaico cultural único. Para Codera, es fundamental contrarrestar la narrativa negativa. Aunque reconoce los problemas, insiste en que "el ruido de unos pocos a veces silencia el buen trabajo que otros están haciendo", que es mucho. Esta labor se materializa en numerosos proyectos, entre los que destaca el 'Maparra', una iniciativa de apoyo escolar para casi 100 chavales que no tienen en casa un ambiente adecuado para el estudio. El proyecto cuenta con la ayuda de 90 voluntarios y el apoyo de entidades como Cáritas y la Hermandad de los Gitanos de Sevilla. El sacerdote no elude las duras realidades del barrio. Uno de los problemas más graves, según explica, es el caos en la vivienda. "La gente no sabe ni en la mitad de los pisos quién vive dentro", afirma, lo que dificulta enormemente la intervención de las autoridades. Esta situación de descontrol provoca que, ante situaciones complejas, "la policía no pueda hacer ni una orden de registro" porque no se sabe quién reside en la vivienda. Es una de las problemáticas de fondo que al propio párroco le "desbordan". Otra de las grandes preocupaciones es la falta de oportunidades laborales, que empuja a muchos a "buscarse la vida de otra forma", especialmente a jóvenes que "se casan muy jóvenes, tienen muchos hijos" y se ven abocados a "vender cosas que no tienen que vender". Codera también aborda con cautela el polémico asunto de las ayudas sociales, que califica como "digno de estudiar y de reflexionar". Señala que, si bien son una ayuda necesaria para muchos, en otros casos pueden llegar a paralizar. "Una persona que no puede, pues se le ayuda, pero una persona que podría tirar y estudiar, pues con eso, la poca motivación que tiene no la tiene", reflexiona. Lejos de un enfoque tradicional, Sergio Codera se ha convertido en un fenómeno en las redes sociales. Su cuenta personal de Instagram, @sercode, acumula miles de seguidores, pero es la de la parroquia (Jesús Obrero punto es) la que ha explotado en el último año, superando los 50.000 seguidores. El párroco ha descubierto que "a la gente le encanta lo auténtico, y lo auténtico no tiene que ser muy elaborado, es lo sencillo y lo cotidiano", una fórmula que se ha revelado como una nueva y poderosa forma de evangelizar y de mostrar la realidad del barrio. La naturalidad es la clave de su éxito digital. Como ejemplo, cuenta la anécdota de Juana, una vecina con ocho hijos que le pidió salir en cámara: "Padre, que yo también quiero salir en el TikTok porque está saliendo todo el mundo y a mí me tiene que hacer famosa". El vídeo fue un éxito inmediato. Para Codera, este episodio demuestra que "lo que a veces menos uno piensa y sale más natural, es lo que más le llega a la gente". A través de estos pequeños gestos, el párroco no solo predica, sino que construye comunidad y demuestra, como concluyó la entrevista, que "la felicidad puede estar en los sitios más alucinantes e insospechados", incluso en el corazón de las 3000 Viviendas.