Si hay una enfermedad aterradora y mainstream, esa es el cáncer: al fin y al cabo y según la OMS , una de cada cinco personas lo desarrollará alguna vez en su vida. Aunque en algunos casos los factores de riesgo varían en función del tipo de cáncer, trabajar en una central nuclear supone cierto riesgo , en tanto en cuanto hay mayor exposición a la radiación ionizante, incluso aunque no haya accidentes o exposición más intensa mediante labores de mantenimiento. Paradójicamente, la actividad de las centrales nucleares, que puede ser causa de cáncer, también sirve para generar la base del medicamento para curarlo. Y no hablamos de un estudio potencialmente lejano, sino de algo ya materializable. De hecho, el Reino Unido ya ha dado un paso adelante para transformar parte de sus residuos radiactivos en medicación contra el cáncer. El primer ecosistema radiofarmaceútico de plomo -212 del mundo . Porque en el Reino Unido han cerrado un acuerdo entre el organismo público Nuclear Decommissioning Authority y la empresa biotecnológica Bicycle Therapeutics por el cual esta última dispondrá de 400 toneladas de uranio reprocesado para extraer el valioso (para la industria médica) plomo - 212 durante 15 años. Detrás de Bicycle está Sir Greg Winter, cofundador de la empresa y ganador del Premio Nobel de Química en 2018. De este modo, contarán con la infraestructura necesaria para crear el el primer ecosistema radiofarmacéutico de plomo-212 de extremo a extremo del mundo, que va desde el descubrimiento hasta el suministro comercial. Así lo explica Mike Hannay, director de Producto y Cadena de Suministro de Bicycle Therapeutics. Las bondades del plomo - 212 . El plomo - 212 es un isótopo empleado en contextos terapéuticos gracias a sus propiedades de desintegración particulares, de modo que emite tanto partículas alfa como beta. Mientras que las primeras proporcionan citotoxicidad de alta energía y corto alcance, las segundas tienen un alcance más extendido, dirigido a micro-metástasis. De forma simplificada, este isótopo de aplicación médica es esencial para tratamientos de precisión frente a tumores resistentes a otras terapias. Así, lleva la radiación y actúa directamente sobre las células cancerosas para destruir tumores, minimizando el daño repercutido sobre el tejido sano de alrededor. Este tipo de técnica ofrece unos resultados prometedores en cánceres de próstata y tumores neuroendocrinos de órganos como intestino o páncreas. En Xataka El elemento más raro de la Tierra aspira a curar el cáncer. Y Europa ya está acelerando su producción Extraer el plomo-212 es una tarea ardua. Convertir el desecho de las centrales nucleares en tratamientos contra el cáncer parece una fantástica idea por dos motivos: por la cura contra el cáncer en sí y la problemática de lidiar con los residuos radiactivos, uno de los grandes retos a los que se enfrentan estas industrias energéticas, que también han explorado otras vías como aprovechar la energía remanente . Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil: el proceso de extracción de este isótopo se ha llevado a cabo por el Laboratorio Nuclear Nacional del Reino Unido (UKNNL) con un proceso químico complejo que requiere del aislamiento de cantidades escandalosamente pequeñas del material precursor a partir del combustible nuclear usado. Así, primero se extrae el Torio-228 del uranio reprocesado para procesarlo después en Radio-224. A continuación, se carga en un generador de plomo-212 que ha sido fabricado a medida de las necesidades de Bicycle Therapeutics por la empresa estadounidense SpectronRx. Esta es una regeneración continua, lo que produce suficiente plomo-212 como para suministrar decenas de miles de dosis de terapia de precisión al año. El laboratorio explica que la parte crítica está en el principio: "El material precursor inicial extraído es comparable a encontrar una sola gota de agua en una piscina olímpica". A partir de esa cantidad nimia, se separa una fracción todavía más pequeña de plomo-212. Primero descubrir el universo, luego curar el cáncer . Además de ese inesperado uso de los residuos de las centrales nucleares, en las últimas semanas un grupo de investigadores de la Universidad de York han evidenciado en un estudio que la radiación intensa capturada en los absorbedores de haz de los aceleradores de partículas podría reutilizarse para producir materiales usados en terapias contra el cáncer. Esos aceleradores de partículas se usan, entre otras cosas, en experimentos para descubrir la materia de la que está compuesta el universo. En Xataka | El elemento más raro de la Tierra aspira a curar el cáncer. Y Europa ya está acelerando su producción En Xataka | Llevamos 150 años creyendo que las bacterias son un arma contra los tumores. Y al fin hemos descubierto cómo Portada | Jakub Zerdzicki y Ivan S - La noticia Trabajar en una central nuclear no es lo mejor para esquivar el cáncer. Ahora resulta que sus residuos también sirven para curarlo fue publicada originalmente en Xataka por Eva R. de Luis .