“Hay ausencias que abren en ese vacío un espacio espectacular para que surjan cosas bellas”, sostiene Julieta París, psicóloga clínica y antropóloga, autora de La belleza de la ausencia, al tiempo que reconoce que en consulta observa que la gente teme mucho al silencio. “Silencio donde escuchan las voces de los propios fantasmas, de los miedos más profundos sobre lo que callamos, sobre esas batallas internas que no compartimos con nadie; por eso llenamos nuestras vidas de ruidos, de cosas para no asomarnos a ese vacío que tanto tememos y que al mismo tiempo tantas respuestas tiene para nosotros. Con la ausencia pasa absolutamente lo mismo, se vive muchas veces desde el delirio de ocultar lo que nos falta, y a todos nos falta algo o nos faltará, incluso alguien en algún momento.