El profesor emérito de la Universidad de Sevilla y uno de los genetistas más importantes de España, Enrique Cerdá Olmedo , ha muerto a los 83 años de edad por una cardiopatía que venía sufriendo hace tiempo. Sus restos se encuentran en el tanatorio de la SE-30 , donde permanecerán hasta este domingo por la tarde. Vivía en el barrio de Heliópolis y deja dos hijos. Fundador en 1969 del Departamento de Genética de la Universidad de Sevilla , allí se convirtió en el primer catedrático de esta disciplina , de la que se erigió en referente gracias a su labor investigadora y divulgativa. No en vano, desde 1972 hasta 2012 dirigió grupos de investigación en la US , en la que fue formador de múltiples generaciones de biólogos y genetistas, consolidando a Sevilla como un centro de referencia en genética microbiana. Cerdá, nacido en el pueblo granadino de Guadix, estudió Ciencias Biológicas en la Universidad Complutense de Madrid y se doctoró en Ingeniería Agrónoma por la Universidad Politécnica de Madrid para, más tarde, dar el salto a Estados Unidos, donde obtuvo un doctorado en Biología por la Universidad de Stanford , en la que pudo trabajar con Philip C. Hanawalt y el premio Nobel Max Delbrück y siendo un pionero en España en trabajos sobre genética. Su trabajo científico se enfoca en comprender los mecanismos genéticos de bacterias y hongos —especialmente de organismos como Phycomyces blakesleeanus — para entender respuestas sensoriales, inducción de mutaciones y metabolismo secundario, con aplicaciones biotecnológicas. Cerdá Olmedo ha publicado más de un centenar de monografías y artículos científicos, a la par que ha obtenido varias patentes y dirigido numerosas tesis doctorales. También ha sido miembro de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO) , la Real Academia de Ingeniería de España y la Real Academia Sevillana de Ciencias , siendo uno de los fundadores de esta última. También fue reconocido con importantes premios valorando su labor como el Premio Rey Jaime I de Investigación (1995), el Premio Nacional de Genética (2011) o la Medalla de Andalucía (1996). José López Barneo, catedrático de la Facultad de Medicina de Sevilla, lamenta la pérdida de una figura como Enrique Cerdá, un « pionero de la genética española , que se caracterizaba por ser un hombre polémico, en el sentido de fomentar la discusión científica, y muy culto», por lo que sus debates resultaban «muy enriquecedores».