Matar en Navidad

Llega el final del año y el mundo está peor que cuando empezó. Esta no es una diatriba sobre el malvado Sánchez o el facha de Abascal, es un llanto ante la indiferencia que nos asola independientemente del color de nuestra papeleta electoral. Nos hemos dejado llevar por la espectacularidad, por el impacto de un gancho que ya no propina un puño sino una canción. Es la forma sobre el fondo, el trampantojo sobre la arquitectura, los perros sobre los hijos. Progresistas o conservadores, creyentes o ateos, machistas o feministas, ecologistas o negacionistas, todos, absolutamente todos, vivimos tranquilos con nuestro crotal grapado a la oreja. Los wokes se apuntan a un bombardeo con tal de negar la mayor y dictar... Ver Más