Fallece a los 63 años Gary 'Mani' Mounfield, bajista de The Stone Roses y Primal Scream Los finales son parecidos a los principios: pura incertidumbre. Está claro que se acaba de cerrar un círculo con la desaparición del músico mancuniano Gary Mounfield, Mani para los amigos. Mani tuvo muchas vidas y una de ellas fue en Córdoba. El impacto que ha dejado su desaparición en los medios internacionales ha sido gigante. Todo el mundo lo quería y lo reconoce como líder y valedor de una generación que todavía perdura. El pulso de su bajo y su melodía han sido y son únicos. Eso nunca desaparece. En su funeral estaban, entre otros, la banda The Stone Roses al completo (Ian Brown, Reni y John Squire), el cantante de Oasis Liam Gallagher, Bobby Gillespie, James Endeacott, Paul Weller y hasta David Beckham. Todo eso pasó en la catedral de Manchester. Y eso fue estos días, pero todo tuvo un principio. Corría un verano de 1989. Yo me estaba preparando para empezar la carrera de ingeniería y sentí que algo nuevo iba a pasar en mi vida. De pronto algo suena en la radio: era un grupo nuevo de corte psicodélico, pero con mucha clase y con un halo de originalidad y grandeza difícil de explicar. Eran The Stone Roses. A las 3:00 de la mañana poca gente se quedaba a escuchar la radio; yo sí, y el programa que escuchaba era el de Tomás Fernando Flores, actual director de Radio 3, y José María Rey. El programa se llamaba La Cámara de las Torturas y jugaban con los oyentes a que adivinaran músicas e historias mientras se reían de ellos: una maravilla. Nada más escuchar esos sonidos sesenteros cargados de fuerza ya supe que The Stone Roses iban a ser grandes. Yo venía ya resabiado del flamenco y de la tradición familiar y estaba inmerso en otros sonidos donde grupos ingleses y americanos dominaban mi imaginario y mis gustos musicales. El indie o la música independiente arrancaba. Después vino el amor adolescente y el echarme una novia de Londres que me dio muchas alegrías… Era todo tan nuevo y tan tierno que la música, por supuesto, nos unía aún más. Ella venía de Londres y me traía camiseta y póster firmado por los mismísimos Stone Roses, pero claro, ¿a quién le podía yo enseñar eso en Córdoba y en la calle Don Lope de Sosa… hehe! Mientras tanto, la nueva música del planeta estaba en Manchester y ya no solo estaban The Smiths, sino que toda una nueva era de músicos copaban las listas de música… desde Happy Mondays, A Guy Called Gerald, 808 State, New Order, por supuesto, pero sobre todo los príncipes: The Stone Roses. En esa época yo pintaba mis camisetas con la simbología de The Stone Roses y aguardaba cada verano para ahorrar y volver a Londres y seguir descubriendo a todos esos grupos que me marcarían enormemente mi manera de pensar y de sentir. De ahí, de uno de esos viajes por 1991, de hecho salió FLOW. Mani, como dj en 2009. Y fueron pasando los años y ya no estábamos experimentando, sino que éramos una realidad y, de pronto, surgió la posibilidad de traer a Mani de The Stone Roses a Córdoba… “¿Es verdad? Pensé”, y ni corto ni perezoso ni me lo pensé y se vino, y no solamente una vez sino tres. De las tres veces que estuvimos juntos en Córdoba y después de sus increíbles sesiones en La Mode, preparamos unas orgías musicales en casa que duraban días y en las cuales la música y la amistad brillaban siempre. Recuerdo una de las veces con el Ramos, Víctor Lenore (sí, el periodista) y demás amigos viviendo el momento, y otra en la que Nicolás Méndez, director de Canadá Films y habitual autor de los vídeos de Rosalía, pasábamos tardes y noches de risas y música con él después de increíbles sesiones en la sala La Mode, en el Arenal, ante más de mil personas y con Suze a los platos de telonero. Mani escuchaba la música de Flow y decía que le recordaba a Love, el grupo de Arthur Lee de California de los 60, y me sugería cambios e ideas: siempre generoso. Mani era grande como músico, pero sobre todo como persona. Los encuentros en el FIB fueron habituales y siempre su grandeza y generosidad se hacían notar por donde pasaba. Entonces tocaba con Primal Scream y su Swastika Eyes con otro grande: Kevin Shields, de My Bloody Valentine. Mani y Vacas, Vacas y Mani, Córdoba y Manchester, Manchester y Córdoba. Manchester es una ciudad inglesa hermanada con Córdoba y de ello ya dio buena cuenta Julio Anguita regalándole una guitarra flamenca en la Mezquita a un músico ilustre de la ciudad: Vinny Reilly, del grupo Durutti Column. Ese vínculo se ha perdido y nada queda ya de esa época gloriosa de los ochenta en Córdoba, de la que mucho podría hablar Álvaro Tarik y donde la cultura era un valor y un derecho de los jóvenes de aquella época. De ahí salimos nosotros: personitas con cultura musical y con ganas de comernos el mundo, con la suficiente confianza como para crear una escena independiente que a día de hoy se antoja como la más duradera y la más rentable de todas: la indie. Pero todo tiene su fin, y eso es lo que acabo de sentir presenciando el funeral de mi querido Mani en su Manchester natal. Hoy recordamos a Mani con una sonrisa de oreja a oreja y su mirada diabólica de ángel travieso. De las muchas cosas que nos hacían reír, recordar tan solo como anécdota la de aquel día que estuvimos cenando en el Bar Astronauta y me puse una camiseta del Manchester City y Mani me miraba y me quería matar… ¿por qué? Porque él era del Manchester United y yo le estaba provocando y él se reía. ¡Qué gran tipo! Al final volví al flamenco y demás menjunjes contemporáneos, pero nunca dejaré de sentirme orgulloso de haber sido militante de una generación que rompió moldes. He de decir que hoy la música pierde uno de los grandes y todo hace pensar en un cambio de era lleno de incertidumbre donde la inteligencia artificial te puede hacer ganar más dinero, pero nunca más amigos tan brillantes como lo fue Gary Mounfield. En esa época no había casi móviles ni redes sociales, con lo cual la fotografía más importante que existía era el recuerdo, y el de Mani sigue vivo en mi ser. You are the Resurrection. Desde Córdoba con amor. Bon voyage, mate, nos dejaste, pero nunca te fuiste.