El solar del antiguo bar Sagrera, donde Franco comía caracoles, será un edificio de ocho pisos

Es el último rincón de las Avenidas de Palma sin urbanizar. En los restos del edificio original aún se conserva un cartel: Bar Sagrera. Un auténtico resto arqueológico de un enclave ahora abandonado pero que encierra muchas historias de Palma. Alguna de ellas tan curiosa como que allí mismo Francisco Franco, antes de que se convirtiera en el Caudillo, estaba sirviendo como Comandante General en 1933 durante dos años. El futuro de este lugar cambiará de manera radical en breve: está previsto que se derribe la construcción y se levante un edificio de diez plantas.