Seis muelles, algunos de ellos sin uso desde hace tiempo, y algo más de 1.300 metros de zonas de atraque. Son las instalaciones portuarias con las que cuenta la Escuela Naval y que podrían ser utilizadas en el futuro por los buques de guerra de la OTAN. Es el balance de la inspección que la Armada ya ha realizado en el complejo militar de Marín dentro del proyecto de adaptación de estas instalaciones a las exigencias de la Alianza y convertirlas en una base intermedia de sus embarcaciones, adelantado ayer por FARO.