Su mirada tras «La piel como testigo: entre la vida y su herida» trasciende la del objetivo del fotógrafo, porque, al igual que la veintena de modelos retratados, Xosé Durán (45 años) sabe qué supone vivir con la enfermedad injerto contra receptor (EICR), una complicación grave tras un trasplante de médula ósea o células madre, donde las células inmunitarias del donante (el injerto) atacan los tejidos sanos del receptor (el huésped) por considerarlos extraños.