¿Qué tal llevan la Navidad? Espero que la respuesta esté entre ‘bien’ y ‘muy bien’. En mi casa todo ha funcionado satisfactoriamente, previa la compra de cantidades importantes de comestibles, pagados con una tarjeta que iba calentándose hasta llegar a quemar, ante las cuentas que presentaban en supermercados y puestos del mercado, donde siempre te sorprendían, por más que tú estuvieras preparado para el asalto navideño y el ‘manos arriba’ que es nochebuena. Todo parecía poco para poder satisfacer el apetito de diez seres humanos en la edad de comer, y otros diez en la de gustarle lo bueno y poseedores de una sabiduría demostrada para diferenciar un jamón ibérico de uno corriente.