Una vieja pizarra rasgada preside la estancia. Frente a ella reposan filas de pupitres inertes que hace décadas se llenaron de estudiantes. Pero aquella estampa escolar se remonta a hace más de medio siglo y poco tiene que ver con la de hoy. Profesores con la formación más básica, pero capaces de enseñar lecciones inestimables. Alumnos que trabajaban en la huerta o con el ganado —la niñez de quien apenas tiene tiempo para ser niño—, pero que acudían a sus clases con infinitas ganas de aprender. La historia de la enseñanza en el rural en nuestro país está plagada de escollos, desde las dificultades para impartirla a la campaña activa con la que se intentó que el modelo decayese por... Ver Más