Es triste y penoso ver cómo, tras meses de esfuerzo , lucha, y dejarse la energía y el sueldo en movilizaciones, los trabajadores del transporte comarcal Moventis, han sido manipulados y vendidos por un supuesto sindicato que decide por todos, sin votación, y poniendo a los trabajadores en la picota de tener que significarse ante la empresa firmando o no una adhesión a lo que ellos, como si fueran un Dios omnipotente, han decidido por y para todos.