La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su decisión de poner fin a los fondos de cooperación se ha sentido como un terremoto que ha sacudido muchos países de África. También a miles de vidas. El mandatario estadounidense ha liquidado de un plumazo decenas de proyectos en ámbitos tan vitales como la protección de la infancia, la lucha contra el sida, la prevención de la malaria o la acogida de personas refugiadas. También ha dejado un largo reguero de despidos en muchas organizaciones, entre ellas agencias de Naciones Unidas, y ha hecho temblar la viabilidad económica de muchos proyectos.