UPA dibuja un 2025 de crisis para el cereal y alerta de los desafíos sanitarios en la ganadería

El año 2025 ha sido un ejercicio de contrastes para el campo español. Según las previsiones de UPA, ha concluido con una cosecha muy buena en el sector cerealista, pero con precios muy malos para los agricultores. Esta situación ha sumido al sector en una crisis profunda debido a los altos costes de producción, con los gastos en maquinaria, consumibles y abonos disparados hasta el punto de no poder ser cubiertos por los ingresos de la cosecha. En el sector ganadero, los precios han sido buenos por la escasez de producto, especialmente en el vacuno, una consecuencia de la crisis de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE). Sin embargo, el año ha estado gravemente marcado por las crisis sanitarias. La dermatosis nodular, clasificada como enfermedad de grupo A por la UE, "nos ha puesto a todos en vilo", explican desde la organización, y aunque se ha contenido en España, la aparición de focos en Francia mantiene la preocupación. A esta amenaza se suman la lengua azul, que sigue afectando a la cabaña de ovino, y la gripe aviar, que parece controlada. También preocupa la peste porcina africana, especialmente por el riesgo que supone para el cerdo ibérico en extensivo. Desde UPA se pide "responsabilidad a los ganaderos" para que no compren animales de Francia y se evite así la importación de la enfermedad. En este contexto, la organización agraria viajaba a Bruselas para defender una Política Agraria Común (PAC) que consideran fundamental. La propuesta actual de la Comisión Europea "sigue pareciéndonos que es demasiado poco", afirman, ya que no garantiza una PAC profesional con fondos propios. UPA reivindica la importancia estratégica de la política agraria para la sociedad, subrayando que "tan importante es la seguridad ciudadana como la seguridad alimentaria". La organización insiste en que "la política agraria común es importante para los consumidores también". Advierten de que las políticas actuales y los acuerdos con terceros países que no comparten los mismos estándares de calidad están provocando que se disparen los precios de los alimentos, convirtiendo algunos productos en "prohibitivos para la clase normal". De cara al futuro, el sector pide un buen año de cosechas, menos problemas sanitarios y, sobre todo, una PAC justa para agricultores, ganaderos y para el conjunto de la sociedad.