El nuevo «cuñadismo» del coche eléctrico: ¿es de mala educación pedir un enchufe?

Las discusiones sobre política o el punto de cocción del cordero han dejado este año a otro tema sobre la mesa en el «top» de las discusiones familiares. Este año, la tensión tiene un nuevo protagonista: el kilovatio. Según un estudio de Ford , el coche eléctrico ha irrumpido en el protocolo festivo, generando una nueva fuente de «resentimiento silencioso» entre anfitriones e invitados. Pedir la contraseña del Wi-Fi ya es cosa del pasado. Hoy, lo que realmente hace sudar a los invitados españoles es pedir permiso para enchufar el coche. El estudio revela que al 32% de los conductores de vehículos eléctricos les resulta más violento pedir una recarga que preguntar cómo funciona la cisterna del inodoro del anfitrión. Incluso para un 17% de los encuestados, admitir ante sus suegros que han atascado el baño es preferible a tener que pedirles que «les llenen el depósito» de electrones. La hospitalidad española parece tener un límite, y ese límite está en el contador de la luz: un 21% de los anfitriones admite que se molestaría en secreto si un familiar le pidiera «un poco de corriente» para volver a casa. Pero el coche eléctrico no solo trae disputas; también ofrece una vía de escape. Más de la mitad de los conductores (53%) confiesa que consideraría fingir una «urgencia de batería» para abandonar el frenesí familiar durante un rato. Al igual que antes se salía a «comprar tabaco» o a pasear al perro, el vehículo eléctrico se ha convertido en el refugio perfecto para disfrutar de veinte minutos de silencio en el punto de carga más cercano. Para evitar que una cena familiar termine en cortocircuito, la experta en protocolo María José González y Verdú advierte que la tecnología va más rápido que nuestras normas sociales. «El enchufe se ha convertido en un nuevo elemento de etiqueta doméstica», comenta. Para aquellos que quieran evitar el drama , el estudio ofrece la fórmula del éxito: El 43% de los conductores opta por cargar al máximo antes de salir para no depender de nadie. Ofrecer un favor equivalente en el futuro es la forma de agradecimiento más aceptada (39%). Un 41% de los dueños de casa prestaría su enchufe encantado si se le pide con el tacto y la cortesía adecuados. Al final, parece que el secreto para unas fiestas y celebraciones en paz sigue siendo el mismo de siempre: no dar nada por sentado y, si vas a gastar la luz de tu cuñado, asegúrate de llevar el mejor vino de la mesa.