Son las 13.00 de San Esteban día después de Navidad, y Javier y Adriel, de 30 años, degustan un vino caliente sentados en un banco frente al mercadillo navideño de Plaza de España, en el centro de Madrid. "Yo viajo mucho en esta época del año a Centroeuropa, a República Checa, Alemania, y ahí se toma mogollón. A mí me gusta mucho, más que la cerveza", cuenta Javier. "Yo es la primera vez que lo tomo y la verdad es que está bueno", admite su amigo. "Es que sirve para entrar en calor", le replica Javier.