Hay memorias que no se archivan ni se conmemoran en silencio. Hay memorias que exigen movimiento. En febrero de 2026, esa memoria volverá a caminar. Del 5 al 14 de febrero, la X Marcha Integral de La Desbandá recorrerá de nuevo los más de 220 kilómetros que separan Málaga de Almería, siguiendo el rastro de uno de los episodios más brutales y ocultados de la historia contemporánea de España. No se trata de una efeméride ni de una recreación histórica. Se trata de interrumpir el olvido. De volver a ocupar un territorio marcado por la huida desesperada de decenas de miles de civiles en febrero de 1937, cuando la población fue atacada sin piedad por tierra, mar y aire mientras intentaba escapar del avance franquista. Caminar donde se quiso borrar La Marcha Integral de La Desbandá alcanza en 2026 su décima edición convertida en un referente de la memoria democrática en Andalucía. Lo hace bajo el lema "Voces que no callan", una declaración de intenciones frente a décadas de silencio institucional, relativismo histórico y desmemoria programada. La iniciativa, impulsada por la Asociación Sociocultural y Club Senderista La Desbandá, propone una travesía colectiva que es, al mismo tiempo, acto político, ejercicio pedagógico y homenaje popular. Cada etapa no busca reproducir el sufrimiento, sino señalarlo, nombrarlo y explicarlo allí donde ocurrió. Porque la carretera no es un símbolo abstracto sino que es un escenario real de un crimen masivo contra población civil indefensa, ejecutado con la colaboración de la aviación nazi alemana, el ejército fascista italiano y mercenarios marroquíes. Un crimen que aún hoy carece de una respuesta institucional proporcional a su gravedad. La marcha se estructura en diez etapas, con recorridos diarios que rondan los 20 kilómetros. El itinerario combina senderos señalizados —como la Gran Senda de Málaga (GR-249) o el GR-92/E-12 Arco Mediterráneo— con caminos rurales y tramos de la antigua N-340, por donde discurrió la huida en 1937. Lejos de cualquier lógica competitiva, el ritmo de la marcha está marcado por la reflexión colectiva. Al finalizar cada jornada, se desarrollan actos públicos, charlas, homenajes y encuentros con historiadores, activistas y familiares de víctimas. La memoria se trabaja también al caer la tarde, cuando el cansancio abre paso a la palabra. La Desbandá no terminó en 1937 Uno de los mensajes centrales de esta décima edición es que La Desbandá no pertenece solo al pasado. La organización insiste en que lo ocurrido en la costa andaluza es un precedente incómodo de lo que sigue sucediendo hoy en distintos puntos del planeta. Los desplazamientos forzados, los bombardeos sobre población civil y la indiferencia internacional se repiten actualmente en el mundo de hoy. Recordar La Desbandá es, por tanto, una forma de denunciar las guerras de hoy y de señalar las responsabilidades políticas que las sostienen. La marcha se convierte así en un espacio de memoria, pero también de solidaridad internacionalista y de crítica a la normalización de la violencia. Desde la asociación organizadora se insiste en una idea clave como es...