Dibujar cuando todo se olvida

Hay algo inevitablemente sospechoso en el arte contemporáneo. Sobre todo cuando este se vuelve absurdamente caro y defendido por tipos con gafas de pasta que hablan de 'discurso' mientras se sirven un Moët & Chandon. Por eso cuando uno lee que Hazzel, una mujer de 88 años con la memoria deshilachándose como un jersey viejo, se ha convertido en fenómeno artístico gracias a unos dibujos torpes de su familia y su perra Kizzy, la reacción inmediata no es la ternura, sino la desconfianza. Mientras medio mundo del arte se esfuerza en parecer ingenuo –desaprendiendo a propósito, fingiendo torpeza–, Hazell copia fotos familiares como quien intenta agarrar algo antes de que desaparezca. Y en ese gesto casi infantil, dinamita décadas de... Ver Más