No es acero inoxidable

No podemos vivir pensando de manera continua en los peligros que nos acechan, porque eso no es vida, pero tampoco podemos tumbarnos en la hamaca de la superficialidad, creyendo que los cimientos de nuestro sistema social están asentados sobre una base inamovible y nada puede derrumbarlos. La democracia no es acero inoxidable, pero es que incluso el acero inoxidable no sólo lo puede dañar el ácido clorhídrico, sino la lejía, la sal común y hasta el ácido que fluye desde un tomate partido si se le deja demasiado tiempo. La frivolidad con la que se habla de la Transición , como si hubiese sido una consecuencia lógica a la salida de la dictadura, es paralela a que el porcentaje de... Ver Más