Manuel Monje, doctor y profesor de economía financiera : "Cada vez se usan más impuestos y deuda para pagar pensiones y lo que se está haciendo es que no se sepa quién pagará mañana todo esto"

España ha vuelto a marcar un nuevo récord de gasto en pensiones, con un crecimiento del 6% respecto al año pasado. Este incremento, que sitúa la cifra en un máximo histórico, se explica por una combinación de tres factores clave que tensionan las cuentas de la Seguridad Social. El primero es la revalorización de las prestaciones conforme al IPC; el segundo, la jubilación masiva de la generación del baby boom, que aumenta considerablemente el número de pensionistas; y el tercero, el llamado “efecto sustitución”, que implica que las nuevas pensiones son, de media, más altas que las que se dan de baja. Para analizar la encrucijada en la que se encuentra el sistema, Manuel Monje, doctor y profesor de economía financiera de la Universidad Francisco de Victoria, asegura que el problema no es de mala gestión, sino estructural. “Cada vez hay más pensionistas, más años, y las nuevas pensiones son más altas”, explica. El experto lo compara con la economía de una familia “donde entran menos sueldos y cada vez hay más personas viviendo de esos ingresos”. El profesor Monje subraya que el principal desafío es demográfico. “El origen del problema se resume en que es un sistema de reparto, dependiente de una única variable, que es el equilibrio demográfico”, señala. En su opinión, el sistema de pensiones español se diseñó para una sociedad con más nacimientos, más trabajadores por pensionista y jubilaciones más cortas, una realidad que ya no existe. Esta situación genera, además, un problema de equidad intergeneracional. Monje considera que, si bien el sistema español es “relativamente generoso” porque la pensión se acerca bastante al último salario, protegiendo bien a los jubilados actuales, se crea un agravio para los jóvenes. “Los jóvenes cotizan mucho para financiar las pensiones, que probablemente ellos no recibirán en las mismas condiciones”, advierte. Lejos de proponer una única medida, el economista defiende que la solución pasa por “un paquete de medidas” que equilibre ingresos y gastos. Entre las propuestas se encuentran fomentar un mayor número de empleos y mejor pagados, estudiar jubilaciones algo más tardías y establecer una relación “más clara” entre lo cotizado y lo que se cobra. Para Monje, la disyuntiva es clara: “La cuestión es hacer pequeños ajustes ya, o decidir hacer grandes ajustes más adelante”. Otro de los puntos clave es el papel del ahorro privado. En España, según el experto, “confiamos mucho, o casi todo, a la pensión pública y poco al ahorro privado”. Esta excesiva dependencia del sistema público lo hace más vulnerable. Por ello, recomienda “diversificar las fuentes de ingresos” para la jubilación, algo que, como explica a sus alumnos, consiste en “no poner todos los huevos en la misma cesta” para reducir riesgos y ganar estabilidad a largo plazo. El debate sobre las pensiones no es solo nacional. Desde Europa, las advertencias son constantes, pero no se centran en los recortes, sino en la “viabilidad financiera del propio modelo”. El profesor Monje explica que recurrir a impuestos y deuda para pagar las pensiones tiene un doble efecto negativo: por un lado, reduce la riqueza disponible de los ciudadanos y, por otro, genera un “efecto desplazamiento del gasto y riesgo de deuda al futuro”. Una situación que deja en el aire la gran pregunta sin resolver: “No se sabe quién pagará mañana todo esto”.