Fin de las vacaciones. Todos han hecho noche en Alicante. Al menos esa era la orden con la que se fueron los integrantes del Hércules hace ocho días. El parón, reducido a la mitad con respecto al del pasado curso, una vez concluido, devuelve al Hércules a la rutina de la competición con un único objetivo: el ascenso a Segunda División. Las cuentas complican que sea en calidad de campeón, que garantizaría el salto de categoría de forma directa, por lo que la aspiración a la queda condenado el proyecto, debido al déficit acumulado bajo la dirección de Rubén Torrecilla, es acabar entre los cinco primeros.