Saltar y romper platos, el extraño ritual de año nuevo: ¿En qué consiste?

La llegada del Año Nuevo está marcada en distintas partes del mundo por rituales que prometen buena suerte, prosperidad o nuevos comienzos. Mientras en América Latina se comen uvas o se eligen colores de ropa interior según los deseos para el año entrante, en algunas regiones de Europa persiste una tradición menos conocida pero igualmente simbólica: romper platos y saltar al iniciar el nuevo año.Este ritual, que combina ruido, movimiento y celebración, tiene raíces culturales profundas y sigue practicándose —aunque de forma más simbólica— en países como Grecia, Dinamarca y Alemania.Ritual de romper platos en año nuevo: ¿En qué consiste?En la tradición griega, romper platos ha sido históricamente un gesto asociado con la abundancia, la celebración y la catarsis emocional. Durante décadas fue común hacerlo en bodas, fiestas y reuniones familiares, como una forma de expresar que no faltaban recursos y que el momento merecía ser celebrado sin reservas.Con el tiempo, este acto simbólico se trasladó también a la noche de Año Nuevo. Romper un plato representa deshacerse de los problemas, los errores y las malas experiencias acumuladas durante el año que termina, dejando espacio para un nuevo comienzo.En Dinamarca, la práctica adquiere un sentido comunitario: las personas rompen platos frente a las puertas de amigos y familiares como señal de cariño. De acuerdo con la creencia popular, cuantos más restos de loza aparecen al amanecer, mayor será la buena fortuna para quienes habitan esa casa.El ritual suele completarse con un salto justo al cambiar el año. En algunos casos se salta desde una silla, un escalón o incluso sobre los fragmentos de los platos rotos. El acto simboliza el cruce consciente del umbral entre el año viejo y el nuevo.Saltar implica movimiento y decisión: dejar atrás lo negativo y avanzar con energía renovada, una idea que se repite en muchas culturas al inicio del calendario.jk