La educación afectivosexual continúa siendo una asignatura pendiente en los centros educativos. «En las sucesivas leyes y normativas relativas a la educación, siempre se incluye que este tipo de contenidos deberán impartirse a los alumnos, pero no especifican quién debe hacerse responsable de ello, y no existen figuras ni docentes formados para ello. Por ello, en la práctica, al final todo se reduce a un par de talleres puntuales al año. Y al final, en dos horas de taller de vez en cuando, tampoco se puede avanzar mucho», analiza el sexólogo Adrián Sánchez, miembro de la Asociación Andiara. La asociación se define a sí misma como una ONG que trabaja para la transformación social desde una mirada feminista, intercultural y artística que favore espacios de participación colectiva.