El trato andaluz

Empieza el anuncio. Suenan campanas. A la hora en punto una muchacha sale al balcón de una casa encalada y propone a los turistas que acepten un trato para hacerse merecedores de la hospitalidad que los andaluces ofrecemos de corazón. Dicho trato está basado en ocho puntos alusivos a ocho bienes que el visitante foráneo ha de respetar con el alma.