El embarazo como castigo de un orgasmo

«La mujer que aborta podría haberlo decidido antes de tener el orgasmo que le provoca el hijo». La cita es de Alberto Vidal, teniente de alcalde y concejal de Comercio, Familia e Infancia de Castellón de la Plana, obviamente de Vox, y podría ser enmarcada como una de las tantas estupideces que salen por la boca de los políticos de este partido. Ahórrense, por favor, recordarme las denuncias de acoso sexual contra el PSOE porque también me indignan y son igual de lamentables vengan de la bancada que vengan. Cuando leí este titular me hirvió la sangre porque estoy extremadamente cansada de que se castiguen los orgasmos femeninos. ¿Saben que un orgasmo tiene múltiples beneficios? Reduce la ansiedad y el estrés, que bastante falta hace en esta sociedad tan hostil. Libera hormonas como la oxitocina y las endorfinas, lo que nos ayuda a disminuir el dolor. Mejora el sueño, y digo yo, mejor un orgasmo para dormir plácidamente que un ansiolítico, ¿no les parece? Fortalece el sistema cardiovascular, mejora la autoestima y el estado de ánimo. No sé por qué determinados hombres tienen tan demonizado el orgasmo femenino que es del que se habla, porque del masculino, chitón. De verdad, qué harta estoy de que se siga asociando el placer de la mujer con el pecado y, como todo pecado, con un castigo, el embarazo. Cuando vi este titular del que les hablo dejó de funcionarme la corteza prefrontal, que es la encargada de, entre otras cosas, el control de los impulsos y escribí en Instagram lo siguiente: «Alberto Vidal, en nombre de todas las mujeres: tenemos derecho a disfrutar del orgasmo y a decidir qué hacer con nuestro cuerpo y con un embarazo no deseado. Mira cómo del orgasmo masculino que también estuvo implicado en el embarazo no hablas. Imbécil». Vale, reconozco que a lo mejor lo de imbécil sobró, una razón más para enviarme a la hoguera. Lo que no me esperaba es que el señor Vidal me enviara semejante parrafada para justificar su mala frenada: «Es que quería referirme más a los hombres, no tanto a las mujeres. En realidad, fue un argumento mal expresado […] pero la Cadena Ser a este tipo de noticias les saca mucho rendimiento». No sé qué piensan ustedes, pero esto me parece una «voxcusa» barata porque no entiendo cómo puede decir que se refería más al hombre cuando el titular es claro, salvo que de repente descubra que tengo unos problemas de comprensión lectora que desconocía hasta ahora y que los tienen también los periodistas de la Ser. El discurso antiabortista de esta gente ya empieza a ser casposo, viejuno y manido. Y para que no me digan que se me ve el plumero y que solo me quejo de la derecha, ¿alguien me podría explicar qué le ponen al pienso que desayunan los políticos del PSOE? Y digo pienso porque se comportan como animales en celo, ya que únicamente les sube la testosterona y les baja el poco intelecto que puedan tener en esa cabeza llena de tetas y culos, lo que no hace más que amargarles la vida a sus trabajadoras con comentarios asquerosos, como, por ejemplo: «¿Echas mucho de menos una buena comida de almeja? […] de verdad tengo ganas». Ay, Sánchez, Sánchez, qué mala vista tienes para elegir acólitos. No se escapa ni uno. Desde luego que donde pones el ojo, ahí no es. Es lamentable que el partido que apostó por la ley del Solo sí es sí no termine de entender qué significa esa expresión. En fin, nos veremos en nuevos capítulos de esto a lo que llaman gobernar en nuestro país.