Mireia Asunción Malonda, con una trayectoria de más de 30 años como fallera, ha analizado la situación actual de las Fallas de Dénia. Según su perspectiva, la fiesta "ha evolucionado mucho", aunque advierte que este proceso conlleva la pérdida de algunas tradiciones arraigadas y una preocupante falta de implicación por parte de los falleros. Uno de los ejemplos más claros de esta transformación es la situación de las carrozas. Malonda explica que en su propia comisión, la Falla Darrere del Castell, han optado por alquilarla desde hace años debido a diversas dificultades. Entre ellas, destaca que "al final van las mismas personas" y la falta de gente que se involucre, sumado al "gasto" y a las crecientes complicaciones burocráticas. La fallera lamenta esta tendencia y señala que es una realidad que afecta a la esencia de la fiesta. "Hay cosas que van perdiéndose", afirma, refiriéndose a costumbres que antes definían el trabajo colectivo de las comisiones falleras. Este fenómeno, según Malonda, pone de relieve un problema de fondo: la escasa participación activa de los miembros, ya que el trabajo en una falla "va mucho más allá de plantar el monumento". No obstante, no toda la evolución es negativa. Malonda subraya un avance significativo: "el papel de la mujer" dentro de la fiesta. Destaca que este "ha evolucionado mucho", con una presencia creciente de mujeres en puestos de responsabilidad como presidentas de comisión. Su propio nombramiento como pregonera es, para ella, un ejemplo de este cambio, ya que históricamente la mayoría eran hombres.