Lo que comenzó como una celebración histórica en Villamanín (León) tras ganar 'El Gordo' de la Lotería de Navidad, se ha transformado en una pesadilla. La alegría por el número 79432 se vio empañada al descubrir que un taco con 50 participaciones premiadas no había sido consignado en la administración, dejando cuatro millones de euros virtualmente inexistentes y sin posibilidad de cobro. El error ha sumido al pueblo en una profunda crisis, buscando ahora una solución para un premio que ha traído más discordia que fortuna. La tensión ha escalado hasta el punto de que los jóvenes de la comisión de festejos, que vendieron las papeletas, han renunciado a su propio premio para calmar los ánimos. La solución propuesta, según ha explicado Inmaculada Gutiérrez, periodista y afectada, en el programa 'Herrera en COPE' con Sergio Barbosa, es que el resto de los agraciados renuncien voluntariamente a un 10% de su premio. "No es que perdamos un 10, es que todos ganamos un 90", ha afirmado Gutiérrez para resumir el espíritu del pacto. En una reunión que duró cuatro horas, la angustia era palpable, con "náuseas físicas por la tensión", según ha relatado la periodista. En su intervención, defendió a los organizadores: "nadie se juega la vida por 250 euros". Para ella, el foco debe estar en la ganancia y no en la pérdida. "Estos chavales me han dado tranquilidad", ha confesado, destacando que el premio supone una oportunidad para mejorar la vida de muchas familias. La fórmula para cubrir el agujero se basa en la solidaridad. La comisión de fiestas dona el décimo que jugaba y sus miembros juntan otros cuatro, sumando 85 décimos para el reparto. Los dos millones de euros restantes, correspondientes a los premios de las participaciones no consignadas, se cubrirían con la rebaja del 10% aceptada por la mayoría. Gutiérrez ha explicado que, si sobra dinero porque algunas papeletas se han perdido o por otras razones, "se reparte entre todos los que hemos decidido voluntariamente renunciar a ese 10 por 100". Aunque hoy se intentará firmar el acuerdo por escrito, este tiene un carácter personal y voluntario. Cualquier vecino desconforme "está en todo su derecho" de reclamar por la vía judicial, lo que podría complicar el proceso. Sin embargo, el sentir mayoritario es el de la concordia, como ha expresado Inmaculada Gutiérrez con un deseo final: "Me gustaría que se nos conociera por el pueblo que pudo arreglar el lío de la lotería".