A raíz del fallecimiento de la actriz Brigitte Bardot a la edad de 91 años este pasado domingo, el mundo ha recordado su trayectoria tanto profesional como personal. Y es que la francesa, considerada una de las leyendas del cine europeo de de los años 50 y 60, se alineó con ideologías reaccionarias durante años. Más allá de su conocida defensa de los animales, la actriz sostuvo a lo largo de los años posturas políticas ligadas al conservadurismo y mantuvo vínculos recurrentes con sectores de la ultraderecha francesa. En distintas ocasiones expresó admiración por Marine Le Pen, a quien llegó a describir como una figura heroica comparable con una "Juana de Arco del siglo XXI". Resulta especialmente llamativo que quien encarnó el rostro de Marianne, emblema de la República Francesa durante la década de los sesenta, se definiera a sí misma como una mujer "patriota" y de ideas "conservadoras". La ctriz incluso llegó a afirmar en su obra BBcédaire, publicada en 2025, que la derecha representaba, a su juicio, "la única solución inmediata" ante lo que consideraba el declive del país. Esta defensa de lo reaccionario no era algo nuevo para ella. Ya en 1996, Bardot había dejado claras sus afinidades políticas en su autobiografía Initiales B.B., donde elogió a Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional, a quien describió como alguien "lúcido y afín a sus propias inquietudes". En ese libro también expresó su rechazo a la inmigración, un tema central en el ideario del partido. Fue precisamente en el entorno de Le Pen donde conocería a Bernard d'Ormale, quien más tarde se convertiría en su cuarto esposo. Íntima de la familia Le Pen En su libro Lágrimas de combate, publicado en 2018, Bardot abordó las acusaciones que la han acompañado durante décadas. Allí explicó que la habían "etiquetado como simpatizante de la extrema derecha" tras haber contestado un cuestionario a comienzos de los años noventa para el periódico católico ultraconservador Présent. Según relató, "como nunca me había involucrado en política, simplemente desconocía qué era la extrema derecha". La actriz recordó que aquel episodio marcó un antes y un después en su imagen pública: "Desde ese día, fui considerada racista, simpatizante del Frente Nacional, musa de Jean-Marie Le Pen". También negó tener motivaciones raciales, afirmando que "nunca le pedí a nadie que fuera racista, y no creo albergar odio racial", pese a haber sido condenada en varias ocasiones, especialmente por declaraciones dirigidas contra los musulmanes. Si embargo, su cercanía con la familia Le Pen se hizo explícita con el paso del tiempo. Es por ello que en 2012, Bardot pidió públicamente a los alcaldes franceses que apoyaran la candidatura presidencial de Marine Le Pen y anunció su intención de votar por esa "admirable mujer". Antes de los comicios de 2017, volvió a manifestar su respaldo a la extremista al asegurar que "he querido mucho a Marine Le Pen durante mucho tiempo". Y es que, definiéndose como "en contra de la 'convivencia'", Bardot expresó que veía en Marine Le Pen...