Comprender por qué sentimos, pensamos y actuamos como lo hacemos ha sido una de las grandes metas de la humanidad a lo largo de la historia. En esa búsqueda tiene un papel muy activo la neurociencia , dedicada a descifrar el funcionamiento del sistema nervioso , un entramado complejo frmado por el cerebro , la médula espinal y una extensa de red de células nerviosas que recorren nuestro cuerpo. El propósito de esta disciplina es entender cómo este sistema produce y regula emociones, pensamientos, conductas y funciones básicas que sostienen la vida, desde respirar hasta mantener el corazón en marcha. Para lograrlo, los neurocientíficos analizan el sistema nervioso en múltiples niveles. Estudian desde las moléculas y las células nerviosas hasta las redes neurales y la estructura global del cerebro, tanto de forma individual como en conjunto, para entender cómo interactúan y permiten realizar actividades tan diversas como recordar un nombre o aprender un idioma. También investigan cómo se desarrolla un sistema nervioso sano y qué ocurre cuando determinadas enfermedades o trastornos alteran su crecimiento o funcionamiento. En este vasto campo de estudio destaca el neurocientífico y neurólogo portugués Antonio Damasio , galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 2005. Es por eso que el periodista Álex Fidalgo ha conversado recientemente con él en su pódcast 'Lo que tú digas' para repasar aglunas claves de su campo. En la entrevista, el experto revela también qué considera «lo más inteligente» que puede hacer el ser humano en su vida: «Primero, tener la posibilidad de entender cómo nosotros mismos. Creo que la inteligencia se aplica mejor a entender lo que somos y eso es algo que hay tantas disciplinas que pueden contribuir a esto. No es solo neurología y neurociencia, es biología general también». Una inteligencia, añade, que también se expresa en la capacidad de construir vínculos y ejercer la empatía: «La inteligencia también vendría con la posibilidad de ser bueno para el otro , de preocuparse con los demás y con tener un 'toma y da'». Por ello, afirma, «solo puedes ser muy feliz si tienes a alguien que te ama y si amas a otras personas» . Damasio se ha convertido en un referente mundial gracias a sus fundamentales aportaciones sobre el conocimiento de las áreas cerebrales que influyen de manera decisiva en la conducta humana, en especial aquellas vinculadas a procesos emocionales y a la elaboración de los sentimientos. También ha contribuido a entender mejor las bases cerebrales del lenguaje y la memoria. El neurocientífico no especifica el tipo de amor que necesitamos para ser felices. Y es que cualquier relación social, si es sana y sincera, puede ayudar a nuestra salud física y emocional. Esta es la principal conclusión del «Estudio del Desarrollo Adulto» , un ambicioso proyecto de la Universidad de Harvard que empezó en 1938. Su actual director, el psiquiatra Robert Waldinger , recogió los hallazgos en el libro 'Una buena vida', en el que afirma que «todo el mundo puede dar giros positivos a su vida» y que lo que marca «una buena vida» es, ante todo, la calidad de las relaciones. La investigación, con más de 85 años en marcha, ha analizado a dos generaciones de familias estadounidenses . Para ello, se han realizado miles de entrevistas, análisis de sangre, evaluaciones de salud física y mental e incluso se han recibido donaciones de cerebros. A partir de este vasto trabajo, Waldinger y el psicólogo Marc Schulz extrajeron tres claves esenciales. Aunque los primeros años influyen, no deciden «el final» ni la posibilidad de alcanzar la felicidad. Lo que sí lo hace es el cuidado activo de los vínculos . Según Waldinger, las personas más felices eran quienes invertían tiempo y energía en sus relaciones : «Lo hacían de forma activa con fiestas, charlaban con amigos y todas las actividades que apoyaban a las relaciones eran importantes en predecir la felicidad».