El Instituto de Ecología Litoral ha remitido al Ayuntamiento de Calp el informe anual sobre el estado de las praderas de posidonia oceánica en la costa del municipio, del que se desprende una conclusión positiva. Las praderas estudiadas en las playas del Arenal-Bol, la Fossa, Cantal Roig y Cala Racó se encuentran en un buen estado de conservación. Este estudio se enmarca en el programa POSIMED, una iniciativa financiada por la Diputación Provincial que tiene como objetivo conocer el estado de conservación de la posidonia en Alicante y promover la necesidad de su preservación. Este programa es el único a nivel nacional que se ha desarrollado de forma ininterrumpida durante los últimos 25 años. Las praderas se distribuyen a lo largo de toda la bahía de Calp. Entre el puerto y la playa del Bol, crecen a profundidades de 10 y 17 metros, mientras que desde Puerto Blanco hasta el Morro de Toix se encuentra una pradera continua y muy bien conservada. Al norte del Peñón de Ifach, están bien desarrolladas incluso por debajo de los 20 metros de profundidad. Para el análisis se emplean parámetros como la densidad y la cobertura. Durante 2025, la densidad promedio fue de 531,94 haces/m², un valor inferior a los de 2024 y 2023 que, según el informe, se debe a la variabilidad natural de la especie y la aleatoriedad del muestreo. Por su parte, la cobertura de posidonia alcanzó el 60,49%, una cifra que se mantiene estable en la media de los últimos años. La conclusión general del estudio es que la pradera de Posidonia oceánica de Calp se encuentra en un estado de conservación favorable. Además, el informe destaca una buena noticia para una de las playas más icónicas del municipio, ya que se ha constatado que "en el área de la playa del Arenal Bol la cobertura de pradera está en aumento". Con los datos acumulados durante los últimos 23 años, el estudio afirma que las praderas de Calp "se encuentran en un buen estado ambiental, donde la densidad tiene una evolución positiva y la cobertura se mantiene estable". Este ecosistema está protegido a nivel europeo por la gran diversidad de especies que alberga y su valor ecológico, aunque es muy sensible a factores como la erosión mecánica o los cambios en la transparencia del agua. De hecho, en la zona más profunda del sector entre Puerto Blanco y el Morro de Toix se ha detectado cierta degradación por la pesca de arrastre ilegal.