El proyecto estratégico CRATER, "Ciudad Real Activa: Territorio, Ecosistemas y Resiliencia" afronta uno de los grandes retos de la capital: la adaptación al cambio climático. La iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento de Ciudad Real con el respaldo científico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y la participación ciudadana, está financiada por la Unión Europea a través de los fondos Next Generation. Su objetivo es crear una red de infraestructura verde y azul para conectar la ciudad con su entorno, reducir el efecto 'isla de calor' y fomentar la biodiversidad. El proyecto contempla la plantación de 1.700 árboles y entre 4.000 y 6.000 arbustos nuevos, con el objetivo de alcanzar los 34.000 árboles en la ciudad para este año 2025. Esto supondrá, según Gregorio Oraá, concejal de Servicios a la Ciudad, casi medio árbol por ciudadano y 19 metros cuadrados de zona verde por habitante. Se han priorizado especies autóctonas en un 95% de los casos para asegurar su resistencia a la escasez hídrica y se han implementado Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) para aprovechar el agua de lluvia. Este plan supone un cambio de paradigma en la gestión de los espacios urbanos. José María Coronado, catedrático de la UCLM, ha destacado que las zonas verdes ya no se ven solo como lugares de recreo. "Las ciudades son grises o han sido grises hasta ahora, y lo que se pretende poco a poco es hacerlas un poquito más verdes", ha señalado, apuntando a una recuperación del componente natural perdido. La UCLM ha jugado un papel fundamental desde la génesis del proyecto, que convierte a Ciudad Real en un "gran laboratorio" para experimentar soluciones en un clima extremo. La universidad no solo ha aportado conocimiento, sino que su campus funciona como una puerta de la naturaleza a la ciudad. Además, se han puesto en marcha proyectos experimentales como una cubierta vegetal en la Escuela de Ingenieros Agrónomos para probar las especies que mejor se adaptan a las condiciones locales. La participación ciudadana ha sido otro de los ejes de CRATER, articulada a través de un Plan de Gobernanza y talleres como los de Participa LAB. En estos encuentros, colectivos como la asociación ASPAS y vecinos a título individual han podido conocer el proyecto y aportar sus propuestas. De esta escucha activa han surgido realidades como la creación de huertos urbanos accesibles. César Bernal, responsable de Participación Ciudadana, lo resume así: "El cambio empieza por ti. Así es que participa, el participar transforma". El resultado final, según han coincidido los responsables, es una apuesta decidida por la salud de los ciudadanos y la mejora de la calidad de vida. Un esfuerzo conjunto para construir una ciudad no solo más verde y resiliente ante el calor, sino también más atractiva y saludable, en la que, como ha afirmado Coronado, "nos sentimos mejor".