La Fundación Puigvert advierte que generaciones no vacunadas se exponen más a este virus por los cambios en las conductas sexuales y recomienda la vacunación y concienciar sobre el uso del preservativo Vacuna del virus del papiloma humano: por qué es recomendable en adolescentes Especialistas en Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) alertan del aumento de los diagnósticos del virus del papiloma humano (VPH) y de las lesiones asociadas entre los hombres mayores de 45 años y, especialmente, entre los de 60 y 70. La Fundación Puigvert explica que se trata de personas pertenecientes a generaciones que no han sido protegidas por la vacunación sistemática frente al VPH y que, al mismo tiempo, han vivido un cambio en la conducta sexual, con un “aumento exponencial de contactos y relaciones esporádicas después de un divorcio o el fin de una relación larga”. Las principales patologías asociadas al VPH son las verrugas genitales y el cáncer de cuello de útero —en mujeres—; así como el cáncer anal, de pene o de cuello. El doctor Álvaro Vives, jefe de la Unidad de Infecciones de Transmisión Sexual de la Fundación Puigvert, señala que “cada vez es más frecuente, tras romper una relación larga, mantener múltiples contactos sexuales, participar en parejas abiertas, utilizar aplicaciones para conocer gente o frecuentar lugares de intercambio”. También destaca que la transmisión del VPH no es mayor entre los hombres homosexuales y aclara: “La orientación sexual no constituye un grupo de riesgo; las prácticas sexuales con numerosos contactos, sí”. La vacunación frente al VPH se incluyó en el calendario oficial hace diecisiete años para las niñas de entre 9 y 14 años, ya que este virus causa el 99,9 % de los casos de cáncer de cuello de útero. Sin embargo, los chicos también pueden transmitir e infectarse con el VPH y desarrollar cánceres como el de ano, pene y orofaringe, así como verrugas genitales no cancerosas, por lo que desde el curso 2022-23 se vacuna también de forma sistemática a los niños de entre 11 y 12 años. Además, se ha establecido una campaña de recuperación con una única dosis dirigida a todos los chicos de hasta 18 años (nacidos a partir de 2007) y las chicas de hasta 24 años (nacidas a partir de 2001). Estas medidas han permitido proteger a las generaciones más jóvenes, en las que se está observando una disminución de la infección y de las lesiones asociadas al VPH. También se pueden vacunar las personas que forman parte de grupos de riesgo hasta los 45 años, de acuerdo con las indicaciones de las autoridades sanitarias. Se trata de personas con determinados estados médicos o exposiciones que incrementan la probabilidad de contraer la infección o de desarrollar patologías asociadas al VPH. La infección por VPH es asintomática en el 80 % de los casos y la enfermedad puede aparecer entre los cuatro y los seis años. Además de la vacunación, los especialistas recuerdan que la educación sexual es la prevención más segura y abogan por concienciar a la población de que el uso del preservativo es la barrera más consistente frente a las infecciones de transmisión sexual, incluidas las prácticas de sexo oral. “La educación sexual en escuelas e institutos es fundamental y no puede quedarse solo en enseñar cómo se coloca un preservativo; debe ir más allá y dar a conocer qué infecciones se pueden transmitir cuando se es una persona sexualmente activa y adónde se puede acudir para cualquier tipo de consulta o revisión. Hay que educar de manera positiva, sin estigmatizar”, subraya el doctor Vives.