Las fiestas navideñas llenan de gente y alegría el centro de Valladolid, una situación que los vecinos aceptan y disfrutan como el resto. Sin embargo, esta época festiva también pone de relieve el problema de fondo que sufren durante todo el año: el exceso de ruido nocturno. En una entrevista en COPE Valladolid, Juan Fernández, presidente del colectivo de vecinos de la zona centro, ha insistido en que el problema no son las celebraciones puntuales, sino la contaminación acústica sistemática en las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS). Fernández ha querido dejar claro que los residentes son "unos vecinos y unas ciudades normales, no somos, y perdona la expresión, frikis". Defiende que las Navidades son "una fiesta de alegría, de gente en la calle, de familias, jóvenes, con lo cual nada que decir". El problema, subraya, es que "el resto de todo el año se mantienen situaciones de impacto acústico muy alto". Por ello, insiste en diferenciar las fiestas de la situación crónica: "No somos ningunos siniestros ni mucho menos, todo lo contrario". Desde el colectivo vecinal se pone el foco en que el ruido es un problema de salud por la falta de descanso de los ciudadanos. "Estamos hablando de salud, no estamos hablando de ningún capricho", ha afirmado Fernández. Ha recalcado que esta es la razón por la que nacen las zonas ZAS, para dar visibilidad a un problema grave que se mantiene durante todo el año. "No hay ningún negocio ni ninguna actividad ni libertad que esté por encima de la salud y del descanso de todos los ciudadanos", ha sentenciado. Una Zona Acústicamente Saturada (ZAS) es un área con exceso de ruido nocturno por ocio. Según ha explicado el presidente del colectivo, en estas zonas se aplican medidas como "un mayor control de horarios y no se permiten actuaciones en el exterior, salvo permisos". Sin embargo, denuncia que en la práctica "se han visto absolutamente ineficaces", poniendo como ejemplo la zona de Coca, donde desde su implantación "el nivel de ruido nocturno que hay está muy por encima de la ley". Ante esta situación, el colectivo ha conseguido un compromiso del alcalde. En el último concejo abierto, el regidor "se comprometió a organizar la mesa del ocio nocturno" previsiblemente en enero. En este foro se busca "revisar esas medidas, ver si son válidas o no y tener que tomar otras", ya que, según los vecinos, las herramientas existen, pero no se aplican con la eficacia necesaria para garantizar el descanso.