Un conductor de Asturias ignora la prohibición de subir al Angliru y acaba con su coche al borde del precipicio: "No lo entiendo"

Un conductor ha quedado atrapado con su vehículo este domingo en el puerto del Angliru después de ignorar la señalización que prohibía el paso. El coche acabó en la ladera tras pisar una placa de hielo y resbalar, cerca de seguir cayendo más abajo, lo que podría haber tenido consecuencias fatales. De hecho, el vehículo pasó la noche ahí, ya que la maniobra de rescate resultaba muy compleja para la grúa. A por el conductor subió un amigo. Y hasta el propio alcalde de Riosa, Roberto Álvarez, que cuenta en COPE Asturias que acudió a la zona tras recibir la llamada del 112. Decidió subir varios sacos de sal para deshacer el hielo con su tractor. El alcalde de Riosa, Roberto Álvarez, recibió el aviso del 112 sobre las 17:30 de este domingo. Según ha relatado, él mismo acudió con su tractor para echar sal en la zona, pero la situación era arriesgada. “El coche estaba bastante metido en la ladera, no en la cuneta, sino en la ladera, con el peligro de que iba a desprenderse ladera abajo”, ha explicado. Ante el riesgo, se desestimó esa tarde la intervención de una grúa y se recomendó al conductor que llamara a un amigo para que lo rescatara. La noche estaba al caer. El regidor ha hecho un llamamiento a la prudencia y a hacer caso a la señalización. Porque en el caso de este coche, el conductor ignoró la señal de que el puerto estaba cerrado. Álvarez ha recordado que en las carreteras de alta montaña el peligro no siempre es visible. “No hay vehículo que se sostenga sobre una placa de hielo”, ha insistido, añadiendo que “cuanto más pesa el coche, más fácil lo tiene para irse”. Además, ha señalado que la Guardia Civil está vigilante y que los infractores se exponen a multas importantes. Álvarez ha lamentado la falta de civismo de algunos conductores y ha advertido del peligro que entraña no solo para los infractores, sino también para los equipos de emergencia: “No solo se pone en riesgo la vida de quienes circulan, sino de las que pueden ir a rescatarla”. El alcalde ha revelado que este tipo de comportamientos son recurrentes, hasta el punto de que el Ayuntamiento se vio obligado a cambiar de sitio la señal de prohibición. “Había personas que incluso desatornillaban la señal de cerrado y pasaban, la llenaban de pegatinas, y era casi invisible”, ha sentenciado.