El Ayuntamiento de Sant Lluís ha tenido que tomar cartas en el asunto ante la crisis desatada en el geriátrico municipal. La alcaldesa, Loles Tronch, ha confirmado la existencia de graves deficiencias en el servicio desde que una nueva empresa concesionaria asumiera la gestión el pasado mes de marzo. La situación ha llevado al consistorio a forzar un aumento de la plantilla para garantizar una atención adecuada a los residentes. La voz de alarma la dieron varias familias de los usuarios, que presentaron acusaciones muy graves sobre la atención que estaban recibiendo los mayores. En concreto, denunciaron que no había comida suficiente para todos y que los residentes solo recibían una ducha completa a la semana. La propia alcaldesa ha corroborado la veracidad de estas quejas, admitiendo que el servicio de comedor "iba muy mal" y que el protocolo de aseo era insuficiente. Sobre este último punto, Loles Tronch ha matizado que, aunque la higiene personal sí es diaria, el baño completo se limitaba a una vez por semana, una práctica que, según ha señalado, es común en otros centros. "La higiene es diaria, pero la ducha completa se hace una vez por semana, si no es que se han dado circunstancias exclusivas", explicó, como un problema fisiológico que requiera un aseo adicional. Sin embargo, la acumulación de deficiencias ha hecho saltar las alarmas en el consistorio. El origen de la problemática parece estar en el cambio de la empresa gestora del servicio. Según ha relatado la alcaldesa, la transición provocó una fuga de personal del anterior equipo. Esto obligó a la nueva concesionaria a incorporar a un equipo casi completamente nuevo, lo que generó un periodo de inestabilidad que ha afectado directamente a la calidad del servicio prestado en el centro. El geriátrico de Sant Lluís cuenta con 20 plazas de centro de día y 46 de residencia, y no solo atiende a vecinos del municipio. Se trata de un servicio de carácter insular, con plazas conveniadas con el Consell a través de Dependencia, por lo que acoge a usuarios de toda Menorca. "Aquí la mayoría de gente no son de Sant Lluís, las plazas están conveniadas con Dependencia y te viene gente de Ferreries igual que hay alguien de Sant Lluís en Mercadal", ha detallado la alcaldesa, subrayando la importancia de prestar un servicio de calidad. Ante la gravedad de la situación, el Ayuntamiento de Sant Lluís ha actuado con celeridad. El equipo de gobierno ha hecho uso de una cláusula del contrato que permite una ampliación presupuestaria de hasta un 20% para forzar a la empresa a reforzar la plantilla de manera inmediata. Esta modificación supone un incremento de unos 90.000 euros en el presupuesto destinado al servicio geriátrico. Esta inyección económica se ha destinado específicamente a la contratación de dos personas más: una gerocultora y un operario para el servicio de lavandería. "Hemos ampliado para poder incorporar a una gerocultora más y a otra persona en lavandería", ha confirmado Loles Tronch. Aunque la licitación original exigía 19 trabajadores y la empresa ofertó 21 como mejora, la realidad ha demostrado que la plantilla era insuficiente para cubrir las necesidades del centro. La alcaldesa ha reconocido la dificultad general para encontrar personal cualificado, un problema que afecta a muchos sectores, pero ha insistido en la obligación de la empresa de cumplir el contrato. Además, el Consell Insular ya ha realizado una inspección en el centro a petición del Ayuntamiento, aunque el informe definitivo todavía no se ha emitido. Con estas medidas, el consistorio busca reconducir la situación y asegurar que los mayores reciban la atención que merecen.