Una inspección del OIEA reveló que la estructura que protege el reactor de Chernóbil perdió parte de sus funciones clave tras un ataque con drones en febrero. Aunque el organismo exige reparaciones urgentes, especialistas sostienen que el polvo radiactivo sigue contenido dentro del sarcófago original. El desafío es evitar una degradación que comprometa la seguridad a largo plazo.