Sólo pueden estar pendientes de saber si podrán recibir el Año Nuevo en sus casas, algo que todavía no parece posible, pero la angustiosa experiencia vivida sobre las 07:25 del sábado no fue algo que se olvide fácilmente. Muchos de los afectados dormían y ni en sus peores pesadillas podían imaginar un grito de ‘fuego’ y el humo entrando por las rendijas de sus viviendas.