Una esfera enterrada bajo 700 metros de roca acaba de detectar una discrepancia en neutrinos. Y el hallazgo confirma que algo no encaja entre lo que viene del Sol y lo que medimos en la Tierra

El detector subterráneo JUNO, la enorme esfera acrílica que China opera en Jiangmen, ha confirmado con una precisión sin precedentes la llamada “tensión solar de neutrinos”. Las mediciones de reactores nucleares no coinciden con las solares. Y ahora sabemos que la discrepancia no desaparece: se fortalece. Un problema que obliga a replantear modelos fundamentales.