Adolescentes hasta los 32 años: la neurociencia explica por qué el cerebro tarda mucho más de lo que creíamos en madurar

La idea que tenemos sobre la adolescencia ahora mismo es que acaba a los 25 años, siendo esta la edad en la que supuestamente se acaba de 'cocinar' el cerebro para siempre para dar paso a un adulto funcional. Pero la realidad es muy diferentes como apuntan los nuevos estudios, ya que seguiríamos madurando el cerebro hasta al menos los 32 años . De dónde salió la idea actual. Para entender el porqué los científicos apuntaban a los 25 años como la edad en la que acababa la madurez cerebro, hay que irse a los estudios del pasado. En concreto a los estudios de resonancia de los años 90 y principios de los 2000 como el clásico  Nitin Gogtay que mapearon el desarrollo cerebral y descubrieron que la corteza madura de "atrás hacia adelante". Esto quiere decir que las áreas sensoriales y motoras se consolidan pronto, pero la corteza prefrontal que está encargada de las funciones ejecutivas, el control de impulsos y la planificación es la última en la fila. El problema es que muchos de aquellos estudios dejaban de seguir a los sujetos al llegar a los 20 o 21 años , puesto que al ver que la curva seguía ascendiendo, se asumió que el "pico" de madurez llegaría poco después, en torno a la mitad de la década de los 20. Pero de lo que pasaba tras esto no teníamos ni una remota idea. Solo suposiciones. En Xataka El cerebro de los hombres envejece peor, pero ellas desarrollan más Alzheimer: una paradoja que desconcierta a los científicos Una nueva frontera. Para poder dar solución a esta 'ceguera' de la neurociencia se recurrió al análisis de más de 4.000 cerebros mediante técnicas de neuroimagen de conectividad en la Universidad de Cambridge. Lo que vieron fue claramente cinco 'épocas' o hitos en el cableado cerebral a lo largo de toda la vida. Difentes puntos de inflexión. Y como si de un juego se tratase nuestra vida, en el cerebro tenemos como cinco pantallas diferentes que comienzan a una edad concreta que actúa como punto de inflexión. Estas edades son: 9, 32, 66 y 83 años . La que nos interesa en este caso es el periodo que va entre los 9 y los 32 años, ya que el cerebro se caracteriza por un incremento continuo de la eficiencia e integración de las redes neuronales. Es lo que los autores describen como una 'adolescencia ampliada'. No es que a los 30 años se piense igual que un chico de 15 años, sino que la arquitectura de las conexiones aún no ha llegado a su forma final 'adulta'. Algo que ocurre a los 32 años y se mantiene de manera estable hasta los 66 años, cuando ya comienza a caer la actividad cerebral. Para entenderlo mejor. Los investigadores han querido usar un símil para ilustrar este nuevo paradigma. Para ello nos piden que pensemos en nuestro cerebro como la unión de varios "barrios funcionales" que se especializan en tareas concretas como la visión, el lenguaje o la lógica. Todos estos se integran entre sí a través de diferentes autovías que son conexiones de alta velocidad. Pues bien, entre los 20 y los 32 años el cerebro está equilibrando estos dos procesos, para que las conexiones entre las diferentes áreas del cerebro estén bien conectadas y organizadas. Y es justamente este patrón típico de la red adulta, donde el cerebro es capaz de integrar información compleja de manera fluida, lo que no aparece hasta pasada la treintena de edad. ¿Adolescente a los 30? Aquí es donde entra el matiz importante. Que el cerebro siga madurando estructuralmente no significa que debamos redefinir la adolescencia en términos legales o clínicos. Todo esto porque la maduración es un gradiente, no un interruptor de 'ahora soy adolescente y ahora no'. Para entender esto, hay que saber que los diferentes elementos del cerebro y las funciones ejecutivas tienen una curva de desarrollo muy diferente. De esta manera, decir que el cerebro madura a los 32 es una simplificación tan útil (o tan errónea) como decir que lo hace a los 25. Lo que la ciencia nos dice realmente es que no hay un "apagón" de desarrollo súbito ; seguimos siendo biológicamente plásticos y dinámicos mucho más tiempo del que creíamos. En Xataka Neuroplasticidad: la gente que defiende que Internet nos está cambiando el cerebro para siempre Una oportunidad para los hábitos. Esta maduración prolongada es una buena noticia para todos nosotros, puesto que si el cerebro sigue 'cableándose' activamente durante los 20, significa que la plasticidad estructural es especialmente dinámica en esta etapa. De esta manera, la ciencia lo tiene bastante claro: el ejercicio aeróbico, el aprendizaje de nuevos idiomas o enfrentarse a tareas cognitivamente exigentes durante esta "tercera década" de vida ayuda a mejorar el volumen y la organización de la materia blanca cerebral. Por el contrario, factores como el estrés crónico pueden afectar la integridad de esas conexiones. En definitiva, un cerebro a los 28 años no es un producto terminado, sino una obra en construcción que está terminando de asfaltar sus mejores autopistas. La próxima vez que alguien te diga que ya deberías tener la vida resuelta porque "ya eres adulto", puedes responderle que, según la Universidad de Cambridge, a tu cerebro aún le quedan un par de años de cocción. Imágenes | Hal Gatewood Robina Weermeijer En Xataka | De los 27 a los 36 años el cerebro alcanza su pico de concentración. Y a partir de ahí, malas noticias - La noticia Adolescentes hasta los 32 años: la neurociencia explica por qué el cerebro tarda mucho más de lo que creíamos en madurar fue publicada originalmente en Xataka por José A. Lizana .