Sin hogar no hay Reyes Magos

Me llamo Ana, tengo 50 años. Llevo 10 años con depresión profunda: pastillas, psiquiatras y mucha cama invalidante. He tenido que dejar mi buen trabajo; no tengo un duro, ni familia; mis amigas me mantienen; vivo en una pensión de mala muerte. ¡Ni en mis peores pesadillas pude soñar que me iba a pasar esto! Estoy en la pobreza severa, soy una persona sin hogar.