Inspiración

Lunes. Se termina diciembre. Me siento a escribir el artículo de mañana. No se me ocurre nada. Lo mismo desde hace más de 40 años, que es cuando empecé en esta esclavitud del columnismo. Entonces no sabía que era imposible. Después no he tenido fuerza de voluntad para dejarlo. El folio en blanco y el bolígrafo azul yacen a mi lado, sin una queja. Hay que escribir a mano, porque el bolígrafo prolonga el pensamiento hasta el papel, que lo recoge con respeto y con estilo, el estilo del borrador, que luego echaremos de menos. El ordenador es para pasar a limpio y mandar el artículo al periódico sin enmiendas ni tachaduras, que también son el artículo, pero interesan menos... Ver Más