La Embajada de China en México emitió una advertencia sobre el rumbo que pueden tomar las reglas que rigen el intercambio comercial entre países, particularmente, en América Latina.El planteamiento se da tras las recientes declaraciones de Peter Navarro, consejero principal de comercio y manufactura de la Casa Blanca, quien criticó los productos exportados por China y celebró el incremento de aranceles como un “hito” del sistema de comercio internacional. A través de una declaración solemne, la representación china calificó dichas declaraciones como carentes de sustento y afirmó que buscan desacreditar, de manera injustificada, a los productos de origen chino, además de promover la adopción de políticas de carácter proteccionista en otros países.La embajada manifestó su inconformidad ante una postura que, indicó, utiliza los temas económico-comerciales como instrumentos de presión, al advertir que este tipo de planteamientos incide en las dinámicas que actualmente rigen los intercambios entre naciones.El pronunciamiento indica que el discurso del funcionario estadunidense se inscribe en una estrategia orientada a reforzar una postura más estricta en materia comercial, al emplear la narrativa económica como respaldo de medidas de presión. De acuerdo con la representación china, Estados Unidos, como uno de los principales beneficiarios del sistema de intercambio establecido tras la Segunda Guerra Mundial, debería asumir un papel más activo en la promoción de la cooperación y en el respeto a las normas internacionales.Asimismo reconoció que la política estadunidense promueve una postura de carácter dominante, basada en decisiones tomadas de manera individual, la presión económica y la modificación de las normas, lo que supone la proyección de un “modelo fallido” hacia América Latina.La embajada subrayó que, para China, la apertura es sinónimo de progreso, mientras que el aislamiento genera estancamiento, por lo que reiteró su rechazo a cualquier forma de proteccionismo, medidas discriminatorias o prácticas exclusivas. Finalmente, China reiteró su compromiso con la construcción de una economía mundial abierta e invitó a los países a compartir su mercado como mecanismo para impulsar el crecimiento conjunto, en un entorno global marcado por la incertidumbre económica.