AMIGOS EN LAS MALAS. En las penitenciarías panameñas hay castas. Significa que están por encima del resto de la población recluida. Así que reciben privilegios, como aire acondicionado, televisión, celular y hasta una habitación VIP, de uso exclusivo, para que nadie ronque a su lado. Esa es la clase de cosas que una alta autoridad del Ejecutivo le permite a una señora que se ha vuelto famosa en los últimos días, gracias a que el presidente puede perdonarle parte de su condena. O sea que, aparte de impunidad, la tratan como princesa: con todo tipo de lujos carcelarios. ¡Así quién no roba!