Persecuciones o genocidios. El ser humano es lo esencial

Cada cierto tiempo, tal vez porque no se entiende como noticia a pesar de su gravedad, aparece ante nosotros la existencia de la persecución, en algunos países, de cristianos por el mero hecho de ser cristianos. Un dato este relevante, aunque, obviamente, no es el único que se esconde detrás de cada persecución, que suele venir acompañada de conflictos económicos, territoriales o de diversa naturaleza. No hay genocidio en la historia en el que el fenómeno económico no sea una causa determinante. Así sucedió en la expulsión de los judíos y los moriscos de España y en el holocausto judío por los nazis. Y otros muchos casos hasta hoy. Lo determinante en todos ellos es que no sólo es el objetivo perseguido que se pretende el que se cumple de forma limitada, sino que ese objetivo se extiende a todo un grupo étnico o religioso.