Un hueco mental

A mí, de pequeño, la vida me parecía un asunto literalmente inabordable. Tanto en casa como en el colegio, me transmitieron la idea de que había que tomarla al asalto, como los piratas del cine abordaban los barcos cargados de oro o de viandas. No me sentía preparado para saltar de una cubierta a otra con un cuchillo entre los dientes.